No existe una única terapia eficaz para la Hidrosadenitis, por lo que los médicos normalmente deben elegir entre diferentes modalidades de tratamiento y, a menudo, deben combinarlas para lograr el control de la enfermedad. La elección del tratamiento depende de la distribución y la gravedad general de la enfermedad, la ubicación anatómica y la actividad inflamatoria de las lesiones, las comorbilidades del paciente, así como el costo y la disponibilidad del tratamiento.
Por lo tanto, el tratamiento de la HS es complejo y varía en función de la severidad de la enfermedad y las características de cada paciente.
El estándar de manejo del paciente requiere un enfoque individualizado en un enfoque multidisciplinar, que va desde el autocuidado (p. Ej., Evitar traumatismos cutáneos, manejo del dolor, dejar de fumar, pérdida de peso y prácticas de higiene) hasta terapias locales, antibióticos sistémicos y una amplia gama de agentes inmunomoduladores, así como intervenciones quirúrgicas. Además, se podría tener en cuenta el diagnóstico y el tratamiento de las comorbilidades médicas y la derivación al psiquiatra.
Este es el Proceso asistencial completo que se ha consensuado en España:
Especial mención requiere la técnica de la ecografía cutánea, herramienta imprescindible para diagnosticar precozmente y para dar un buen seguimiento a la patología. Haz click aquí para más información.
Actualmente se dispone de diferentes opciones terapéuticas destinadas a bloquear algún paso de la evolución de la enfermedad. Veamos cada una de ellas, según su función:
a) Tratamientos destinados a tratar la obstrucción del folículo piloso:
Retinoides, que pueden usarse directamente sobre la zona afectada de la piel, pero más comúnmente por vía oral. Disponemos de dos retinoides para su uso, actretino e isotretinoina. Ambos deben ser prescritos por su dermatólogo. Debe controlarse los efectos secundarios frecuentes, que son la sequedad de piel y mucosas, la caída de pelo, los efectos sobre la función hepática y los niveles de lípidos en sangre. En mujeres debe evitarse el embarazo mientras se toma el tratamiento y un periodo posterior variable según el fármaco, por lo que se deben administrar asociados a anticonceptivos. Suelen administrarse en tandas largas de 6 a 12 meses.
b) Tratamientos destinados a controlar la respuesta inflamatoria:
Corticoides: Pueden utilizarse corticoides, en general en pautas muy cortas, mediante una inyección en las zonas inflamadas.
Antibioticos: Controlan también la inflamación, conjuntamente con el control de la sobreinfección bacteriana, muchos de los antibióticos que son prescritos para la enfermedad, como las tetraciclinas, las asociaciones de rifampicina y clindamicina, entre otros. En algunas ocasiones se utiliza la dapsona o la colchicina, que tienen propiedades antiinflamatorias.
Inmunosupresores: Los fármacos inmunosupresores, que disminuyen la respuesta inmunológica, como metrotexate, ciclosporina o azatioprina, pueden utilizarse en algunos pacientes. Los fármacos inmunosupresores requieren un seguimiento estricto mediante analíticas y visitas médicas para controlar sus efectos secundarios, que son variables según el fármaco. Existe cierta variabilidad en su respuesta.
Biológicos: Más recientemente, se ha demostrado la utilidad de los fármacos biológicos para el control de la HS. En el mes de julio de 2015, Adalimumab fue aprobado por la Comisión Europea para el tratamiento de la Hidradenitis Supurativa moderada a grave, siendo el primer y único medicamento aprobado para la HS en la Unión Europea.
Este fármaco actúa al bloquear una sustancia que produce el sistema inmunitario llamada TNFalfa, que está claramente aumentado en la respuesta inflamatoria de los pacientes con HS. Los fármacos biológicos disminuyen las lesiones inflamadas y previenen la aparición de nuevas lesiones. Si la respuesta es satisfactoria, se utilizan en pautas continuas, durante años. Antes de su administración, deberá descartarse la presencia de infecciones activas, como la tuberculosis, y se realizarán exámenes de sangre cada 3 meses.
En el mercado están presentes medicamentos biosimilares de los biológicos. En este enlace pueden encontrar información sobre los biosimilares, una guía para pacientes elaborada por el Foro Europeo de Pacientes.
c) Tratamiento de la sobreinfección:
En casos en que se identifica una sobreinfección, se pueden indicar tratamientos antibióticos; en general se opta por tetraciclinas o bien la combinación de rifampicina y clindamicina, durante pautas largas, de 3 meses. En algunas ocasiones, estas pautas pueden variar según los gérmenes hallados en los cultivos de piel. Es frecuente aconsejar tratamiento de mantenimiento con clindamicina tópica de aplicación cada 12 horas en las áreas afectadas.
d) Otros tratamientos:
En algunas ocasiones, en las que se detecta alguna alteración hormonal, pueden ser útiles tratamientos que bloquean las hormonas androgénicas, como algunos anticonceptivos, la espironolactona, el finasteride o dutasteride. Existen algunos estudios que el bloqueo de la hormona insulina resulta beneficiosa, por lo cual se usan fármacos como la metformina.
En algunas ocasiones, asociado a los tratamientos médicos o aisladamente, se opta por tratamientos quirúrgicos. La incisión y drenaje de los abscesos alivia los síntomas asociados a la inflamación, especialmente el dolor. Se puede optar por la extirpación de las lesiones en bloque, especialmente cuando existen fistulas, que tienen poca tendencia a la curación espontánea. En algunas ocasiones se procede a retirar las estructuras profundas de la zona afectada, para resolver las lesiones inflamadas existentes y evitar la aparición de nuevas lesiones. Las heridas se dejan abiertas durante un tiempo variable y se espera a la cicatrización progresiva (se conoce como cierre por segunda intención).